El amor y cuidado hacia nuestros hijos es poderoso. Nos inspira a tomar acción por la justicia climática. Nosotros entendemos profundamente lo que necesitan jóvenes humanos que están creciendo. Sabemos que necesitan aire y agua limpia y saludable. Sabemos que la emergencia climática necesita estar resuelta para satisfacer estas necesidades en el presente y el futuro. Al mismo tiempo, las demandas de la crianza de nuestros hijos y las preocupaciones sobre su futuro podemos sentirlas abrumadoras y dificulta el pensar claramente sobre los pasos que debemos tomar como activistas contra el cambio climático y como padres. Lidiamos contra mucho como padres y necesitamos apoyarnos mutuamente.
Estamos luchando contra la opresión económica. A los padres no se les paga por la crianza de los hijos, que es el trabajo más importante para el bienestar de nuestra sociedad. Además, en nuestros trabajos pagados, tenemos que trabajar más horas por menos dinero, haciendo más difícil la manutención de nuestras familias. No tenemos suficiente tiempo para nuestros hijos, nuestras parejas o nuestras familias extendidas. Entonces, nos sentimos mal con nosotros mismos porque no podemos criar a nuestros hijos de la manera que quisiéramos hacerlo. A pesar de todo, somos buenos padres—el sistema es el problema, no nosotros.
Como nuestra sociedad no nos apoya en la crianza de nuestros hijos, necesitamos crear apoyo alrededor de nosotros. Criar hijos e hijas con apoyo es una parte integral de crear una sociedad justa y humanitaria con un ambiente saludable. Hablar y escucharnos mutuamente nos ayuda a darnos cuenta que nuestras luchas son similares como madres y padres. Es importante que no nos culpemos a nosotras o nosotros mismos ni a otros padres o madres por las formas en que luchamos. Uniéndonos a otras madres y padres podemos crear otro tipo de cultura, una basada en ser humanos satisfaciendo necesidades humanas.
El apoyo mutuo también nos ayuda a pensar sobre cómo hablar con nuestros hijos sobre el cambio climático de manera que se sientan poderosos y sin asustarlos. Podemos aprender como apoyar a nuestros hijos si ellos deciden tomar acción o liderazgo. Podemos defenderlos cuando los adultos hacen caso omiso de sus pensamientos. Podemos jugar, reír y ser frívolos al mismo tiempo que abordamos problemas mayores.
Como padres nos damos cuenta de manera profunda cómo nosotros y nuestras hijas e hijos somos el blanco de racismo, sexismo, clasismo, anti-semitismo, homofobia y otras opresiones. Estas opresiones también nos dividen, haciendo difícil unirnos contra el cambio climático. Podemos oponernos firmemente al racismo – la gente que es objeto del racismo es el grupo más afectado por el cambio climático. Podemos utilizar nuestra habilidad para escuchar y así sobreponernos las divisiones y darnos cuenta de nuestro poder en su totalidad, al mismo tiempo que luchamos juntas y juntos por la justicia climática y un ambiente seguro para futuras generaciones.
Como madres y padres, estamos en una posición única para influenciar a la gente que nos rodea. Estamos en contacto con muchos otros padres y madres, tenemos interacción con escuelas y otras instituciones que afectan a las familias. Tenemos la autoridad para hablar sobre temas pertinentes a la gente joven y las familias. Podemos ser audaces queriendo a la gente e intercambiando información sobre el cambio climático.
“Compromiso con todas las formas de vida”/“Trabajar juntos para eliminar el racismo” (SAL/UER) ofrece habilidades que podemos llevar a nuestras comunidades y utilizar para crear apoyo continuo para nosotros y otras madres y padres. Podemos conectar unas con otros, proveer la seguridad y cuidado que necesitamos para así poder hablar de lo que es necesario al darle la cara a ciertos temas como madres y padres, sobreponernos a los miedos y otras emociones que impiden que tomemos acción en el cambio climático. Esta clase de apoyo continuo puede sostenernos mientras peleamos por nuestros hijos e hijas y un planeta saludable y acogedor.