Ir más allá del capitalismo para Comprometerse con todas las formas de vida

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El capitalismo, el sistema económico dominante en el mundo durante los últimos 250 años, se ha demostrado ser incompatible con el bienestar humano y el sostenimiento del ambiente. Esto se ha vuelto evidente en la última década. El impulso del capitalismo por el crecimiento constante, a través del consumo excesivo y la explotación de los recursos naturales y humanos, ha creado la emergencia climática.

El capitalismo organiza a las sociedades para extraer el máximo beneficio para los propietarios y administradores de los recursos y la riqueza, sin preocuparse por el futuro de la vida en la Tierra. Este sistema no es natural ni inevitable: el capitalismo tuvo un comienzo y tendrá un final.

Sin embargo, para resolver la emergencia climática, necesitamos acelerar el fin del capitalismo. Necesitamos reemplazar el capitalismo con un sistema económico que pueda satisfacer las necesidades básicas de todos los seres humanos a la vez que protege el ambiente natural y su capacidad para mantener la vida en la Tierra Las conexiones entre nosotros y con el medio ambiente deben ser fundamentales para este nuevo sistema. Se necesita reemplazar el individualismo y la explotación de las personas y los recursos naturales para crear ganancias para unos pocos. Con una economía post capitalista humana y sostenible será posible eliminar todas las formas de opresión, así como comprometerse con toda la vida en la Tierra.

Reemplazar el capitalismo por un sistema económico justo y sostenible es un desafío enorme. Pero el capitalismo mismo nació hace sólo unos pocos siglos. Reemplazó a los sistemas económicos que eran tan dominantes en sus tiempos como lo es el capitalismo hoy en día: la esclavitud y el feudalismo. El capitalismo funcionó junto a estos sistemas más antiguos durante algún tiempo. Sin embargo, en realidad no se volvió dominante hasta que las viejas formas de hacer las cosas, las viejas formas de pensar y sentir, fueron reemplazadas por la lógica del capitalismo.

Capitalismo internalizado

Varias generaciones después, hemos aceptado muchas formas de pensar y sentir que reflejan la lógica del capitalismo: creencias, valores y actitudes que justifican el modo capitalista de producción y consumo. Limitan nuestro pensamiento y socavan nuestra capacidad de crear un sistema económico más humano y sostenible.
Ejemplos de estas “actitudes internalizadas del capitalismo” incluyen los siguientes:

• La Tierra nos pertenece. Podemos tomar de ella sin cesar sin tener en cuenta a los humanos y otras formas de vida. Tenemos derecho a lo que la Tierra produzca.
• El capitalismo es el único sistema económico que tiene sentido; es el mejor sistema posible, y no hay otra opción sensata.
• Todo se puede comprar y vender. Es aceptable mercantilizar todo: tierra, comida, agua, salud, sexo, educación, información, vida humana, vida animal.
• La desigualdad económica y la codicia son parte de la naturaleza humana.
• Acumular riqueza sin fin es racional.
• El consumo puede hacer que las personas sean felices (menos asustadas, menos malas) y más deseables.
• Más es mejor. Tener más de lo que realmente necesita es una señal de éxito y traerá seguridad.
• El valor de cada ser humano se mide por su riqueza material.
• Meritocracia: cualquiera puede tener “éxito” a través del trabajo duro y la inteligencia; si no has tenido éxito, entonces significa que no has trabajado lo suficientemente duro o que no eres lo suficientemente inteligente. En otras palabras, es tu fracaso individual si no eres “exitoso”.

• Si “salir adelante” significa competir y derrotar a otros, está bien. Dejar a los demás atrás es aceptable siempre y cuando uno cuida de sí mismo y de su familia.
• La opresión (racismo, sexismo, etc.) es una consecuencia inevitable y aceptable del sistema de ganancias.
• Está bien explotar a las personas y aprovecharse de su vulnerabilidad.
• Lo que es mío es mío: la propiedad personal es muy valorada (en muchas culturas indígenas no existe el concepto de propiedad personal).

• Buscar todo tipo de distracciones para evitar enfrentar la realidad;
• Preocuparse ante todo por uno mismo: reina el individualismo. Está bien ser indiferente a las necesidades de los demás.
• Aquellos que son ricos son líderes naturales.
• La colonización, el imperialismo, el genocidio y la guerra son medios aceptables para salir adelante.
• Las naciones capitalistas ricas pueden dominar y gobernar a las naciones pobres.
• Cualquier persona o institución que cuestione el capitalismo es peligrosa.

Estas ideas y suposiciones no son nuestro propio pensamiento racional. Son justificaciones para el sistema opresivo actual. Cada niño que crece bajo el capitalismo es bombardeado con ellos y presionado para aceptarlos. Inevitable e inconscientemente los interiorizamos. Se disfrazan de “naturaleza humana” cuando no son más que formas capitalistas de pensar y sentir.
Las actitudes internalizadas del capitalismo nos han perjudicado emocionalmente. Podemos sentirnos solos y mal, desconectados de otras personas y otras formas de vida, superiores o inferiores a otras personas, desesperados por el cambio, afligidos, asustados e impotentes para cambiar las condiciones inhumanas.

Superar el capitalismo internalizado

Queremos pensamiento racional y buenas decisiones para nosotros mismos, para el bien de otras personas y para el bien del planeta. Podemos ayudarnos unos a otros a deshacernos de estas actitudes internalizadas que limitan nuestro pensamiento y activismo. Entonces podremos abordar con más éxito la emergencia climática y la transición a una nueva economía. 

Como punto de partida, podemos examinar todo lo que damos por sentado sobre el sistema económico capitalista. ¿Las suposiciones enumeradas anteriormente realmente reflejan la “naturaleza humana”? ¿Reflejan una forma racional de organizarnos a nosotros mismos y a los sistemas de producción y consumo?

Podemos contrarrestar estas suposiciones opresivas ofreciendo una perspectiva fuera de la lógica del capitalismo. Por ejemplo, podemos reemplazar el concepto de explotación y dominación con cooperación y asistencia mutua. Las siguientes ideas desafían las formas habituales de pensar y actuar bajo el capitalismo:

• Es suficiente con lo que ya tenemos, ¿cuánto necesitamos realmente para que nuestras vidas vayan bien? Podemos distinguir entre los deseos promovidos por el capitalismo y su publicidad, y nuestras necesidades verdaderas. Podemos considerar reducir nuestro consumo a la mitad, ¿qué tendrías que sentir si hicieras esto?
• Cada ser humano, cada mente humana, es igualmente valioso y es igualmente merecedor de cuidado y acceso a los recursos.
• Es el sistema económico capitalista el responsable de la pobreza sistémica, no es culpa individual de nadie.
• La desigualdad económica no tiene sentido. Es natural sentirse desconsolado y llorar por ello. Es apropiado estar indignado y furioso por la distribución desigual masiva de los recursos.
• Hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos. Con la cooperación, todos tienen éxito. No hay “perdedores”. No hay conflictos inherentes entre los humanos.
• Lo que es mío es tuyo y lo que es tuyo es mío, ¿cómo sería vivir esta decisión? ¿Cómo te sentirías si no existiera la propiedad privada y las posesiones personales?
• Abandonar todas las formas de distracciones, incluidas las adicciones a adquirir siempre más y a huir de sus emociones. Podemos enfrentar nuestras incertidumbres y temores y no confiar en la pseudo-seguridad prometida por el consumismo.
• Notar que estamos activa e inevitablemente involucrados con el sistema capitalista, que cada compra genera ganancias para la clase propietaria.
• Trabajar para evitar que los humanos dañen a otros humanos. Actúar sobre la creencia de que todos son tu aliado potencial y que puedes ser un aliado para todos.
Rehúsa estar dividido de otras personas.

• Promover el liderazgo de los jóvenes, las personas indígenas y de mayoría global,* las personas pobres y de clase trabajadora, y las mujeres.
• Conectarse con la tierra a diario. Fíjate en el aire, el agua, el viento, los árboles.
• Considerar que existen alternativas al capitalismo que mejorarían la vida de todas las personas.
• Recuperar el juego, la alegría y la felicidad.
•Mostrar profundamente el cariño. Amar a la gente. Amar la tierra. El cuidado es el antídoto contra la indiferencia. En caso de duda, elija preocuparse.
• Considere oponerse a las guerras y respaldar a cada ser humano. No hay enemigos humanos.
• Si alguna vez tienes dudas, elije unir a la raza humana y comprometerse con toda la vida.

Sanarse de las actitudes internalizadas del capitalismo

A medida que comprendamos completamente hasta qué punto hemos internalizado los mensajes capitalistas, y cuán opresiva es esa mentalidad, es probable que descubramos heridas profundas. A medida que nos sanemos de estas heridas, a medida que nos sanemos del capitalismo internalizado, pensaremos de manera más creativa y racional sobre nuestro sistema económico y la emergencia climática y actuaremos de manera más poderosa.

  • Los pueblos indígenas y los pueblos de África, Asia, las islas del Pacífico, el Caribe y América Latina, y los que descienden de ellos, son más del ochenta por ciento de la población mundial. Estos pueblos también ocupan la mayor parte de la masa terrestre mundial.
    Usar del término, “Mayoría Indígena y Global (IGM por las siglas en inglés)”, para estos pueblos reconoce su condición de mayoría en el mundo, interrumpe el modo en que la cultura dominante (estadounidense y europea) les asigna una condición de minoría.
    Muchas personas de la Mayoría Indígena y Global que viven en países de cultura dominante han sido asimiladas a la cultura dominante, a la fuerza, para sobrevivir, en busca de una vida mejor para ellos y sus familias, o en busca de la inclusión económica, política o de otro tipo de sus comunidades. Llamar a estas personas “Mayoría Indígena y Global” contradice la asimilación.
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