La crisis medioambiental no puede resolverse sin trabajar también para acabar con la opresión, incluidos el racismo, el genocidio contra los pueblos indígenas, el clasismo y el sexismo. El impacto de la destrucción del medio ambiente y de la emergencia climática recae sobre todo en las personas afectadas por estas opresiones. La opresión también divide a las personas de otras que tienen los mismos intereses y pone a todos en contra. Interfiere con una respuesta unida a la crisis medioambiental.