Compromiso con todas las formas de vida supone que todo el mundo es naturalmente inteligente, cooperativo y solidario, pero las heridas acumuladas bloquean estas cualidades. A las personas jóvenes, si se les permite, se recuperan de las experiencias dolorosas a través de un proceso natural de curación (llorando, temblando, expresando su rabia, riendo). Cuando compartimos plenamente nuestras experiencias dolorosas, sin retener las emociones, los sentimientos hirientes comienzan a disiparse. Nos liberamos del comportamiento y del sentimiento que nos deja el daño. Podemos recuperar la capacidad natural de sanar de las heridas si nos escucha con interés alguien que entienda este proceso y se mantiene relajado ante nuestras dificultades. Sin este trabajo personal es difícil abordar y resolver eficazmente la crisis climática.