El racismo* daña y aísla a todas las personas. Se ha convertido en parte de nuestras instituciones sociales, moldea, perpetúa las desigualdades de nuestras sociedades y limita el acceso de la mayoría de la población mundial a los recursos disponibles. El racismo se mantiene con violencia, amenazas de violencia, desinformación, mentiras, aislamiento y codicia. En forma de esclavitud, “apartheid” y discriminación racial de muchos tipos ha dañado o destruido la vida de cientos de millones de personas.
Debido al racismo centrado en Europa, la emergencia climática causada por el hombre y la destrucción del medio ambiente afectan desproporcionadamente a las personas que no son blancas: africanas o descendientes de africanas, indígenas, asiáticas o descendientes de asiáticas, isleñas del Pacífico, latinas, chicanas, mestizas, árabes o descendientes de árabes. También a causa del racismo, el movimiento ambientalista dominante en las naciones poderosas del mundo ha sido lento en reparar esta destrucción y ha marginado o excluido las perspectivas de las personas de estos grupos. Este racismo inconsciente e indiscutible ha hecho que el movimiento no sea bienvenido para las poblaciones que no son blancas.
Aunque el racismo se dirige a determinados sectores de la población, corroe y corrompe a toda la sociedad, limitando severamente su progreso y el de cada individuo para una vida plena y significativa. El racismo también disminuye la eficacia del movimiento ambiental al limitar su enfoque y su visión y al impedir que sea fuerte, diverso y unido.
Para poner fin al racismo deben cambiar las políticas y debe cesar el comportamiento racista, como también deben ser reparadas todas las injusticias del racismo y todas las personas deben recuperarse del daño sufrido a causa de él. Sanar este daño no es lo mismo que acabar con las políticas racistas, pero sólo curándolo podemos estar seguros de que los comportamientos racistas no continuarán y que las políticas racistas no volverán a aparecer disfrazadas de otra manera.
Para eliminar completamente el racismo, debemos curar tres formas de daño:
- La corrupción mental y espiritual de quienes han sido condicionados por la sociedad a ser agentes del racismo.
- El daño causado a las personas que han sido discriminadas por el racismo.
- El daño a la actitud de los grupos oprimidos hacia sí mismos, haciendo que crean en la desinformación racista sobre ellos, otros miembros de su grupo y otros grupos de personas de color.
Las tres formas de daño pueden ser sanadas si las personas son escuchadas y apoyadas para liberarse de las heridas que han acumulado. Hacer este trabajo de sanación libera las mentes de la gente del daño del racismo y permite que las personas se sientan bien y se valoren a sí mismas. Puede ayudarlas a pensar en cómo actúa el racismo en el movimiento ambiental y en la sociedad en general y cómo se puede hacer frente a ello. Puede ayudar a la gente a cooperar a través de las opresiones y a tomar medidas para corregir las cosas.
Todos necesitamos sanar de los efectos del racismo para poder crear un movimiento unido que ponga fin a la degradación del entorno, la emergencia climática y restaure el ambiente. Esto no es un trabajo rápido ni fácil. Muchos de nosotros nos resistimos al trabajo emocional. Podemos creer que no hay tiempo. O podemos sentir que hemos sido capaces de tener éxito en la vida sólo por no mostrarle a nadie cuánto nos han herido. Podemos sentir vergüenza y molestia por nuestros sentimientos. Es posible que hayamos sobrevivido adormeciendo el daño que llevamos y asumiendo que nunca nos libraremos de él. Podemos sentir que sería insoportable mirar y experimentar esos sentimientos de nuevo. Tal vez sea porque no hemos tenido la oportunidad de contar nuestras historias o porque no hemos sido tratados bien cuando hemos intentado contarlas.
En “Compromiso con todas las formas de vida”, hemos aprendido que es posible curar el daño emocional del racismo y el racismo interiorizado, y ofrecemos las herramientas para hacerlo. Sanar los efectos del racismo no reemplaza las medidas para acabar con el racismo institucional pero es una parte vital de este trabajo. Y es vital llegar a ser ampliamente eficaz en esta tarea para terminar con la destrucción del medio ambiente.
* Definimos el racismo como la opresión unidireccional, sistemática e institucionalizada de las personas sobre la base del color de su piel o la presunción de su pertenencia a determinados grupos raciales.